Siempre estas fechas se prestan para realizar un balance de lo ocurrido durante el año. En este caso en particular, se agrega además el respiro que nos ha dado el brote de coronavirus tras varios meses complicados. Es por esto que, desde mi rol de coordinador del equipo de Telemedicina, quiero hacer un breve repaso de nuestra actividad.
El equipo comenzó a funcionar el 15 de marzo con apenas un grupo de médicos, enfermeros y estudiantes de medicina. En los primeros meses de actividad, nuestra tarea se centró en prevenir la enfermedad a partir del consejo e instrucción de viajeros y en menor medida la asistencia de personas con cuadros febriles y respiratorios. A partir de los primeros casos, la magnitud de la tarea aumentó drásticamente y se hizo necesaria la incorporación de voluntarios desde múltiples sectores para poder responder a los desafíos que se fueron generando: médicos de adultos, pediatría y alumnos de medicina para la atención de los pacientes que cursaron la infección; alumnos de distintas áreas de la salud y enfermeros que se encargaron de atender las consultas de la comunidad mediante la atención de las líneas telefónicas; alumnos de medicina y personal municipal que asistieron a pacientes hisopados mientras aguardaban el resultado y rastrearon a sus contactos estrechos; profesionales de la salud, alumnos de medicina y profesionales de otras áreas, que incansablemente se encargaron de notificar a los pacientes con coronavirus el resultado de su hisopado e instruyeron a sus contactos estrechos en la forma de proceder; y voluntarias del lactario y otros sectores que acompañaron a los contactos estrechos mientras duraba su aislamiento. En total 118 personas contribuyeron en algún momento con alguna tarea, desempeñándose actualmente 103 personas en el equipo. Adicionalmente, trabajamos a la par con la guardia y la internación del Hospital Municipal, el sector administrativo del servicio de infectología, el servicio social, salud mental y odontología.
Como se podrá notar, mantener un grupo de semejante envergadura durante un período indefinido de tiempo, con los compromisos laborales, académicos y el agotamiento generado, constituye una tarea imposible. Por esta razón, sumada a que luego de estos meses la población ha aprendido a convivir con el virus, es que el equipo reducirá el espectro de su atención a partir del próximo 7 de diciembre, intentando priorizar su enfoque en los pacientes con COVID-19 confirmado.
Ante el inminente fin de un ciclo (al menos parcialmente), quisiera expresar mi gratitud hacia todos los que han estado involucrados:
- A los voluntarios, que trabajaron desinteresadamente desde el mes de marzo para poder dar respuesta a la problemática que generó la pandemia en nuestra comunidad. A cada una de las 117 personas que contribuyeron, mis infinitos agradecimientos.
- A las autoridades municipales y del área de salud, que confiaron en el equipo, nos dieron libertad para tomar las decisiones que consideramos apropiadas y siempre respondieron rápidamente a nuestros pedidos.
- Al personal del Hospital Municipal, servicio de infectología, servicio social, salud mental y odontología, con quienes trabajamos en sincronía desde el comienzo de la pandemia.
- A los pacientes y sus contactos estrechos, que han realizado un gran esfuerzo para cumplir con el aislamiento indicado.
- A nuestras familias, que comprendieron la importancia de nuestra labor y toleraron las largas horas que pasamos con el teléfono.
Por último, más allá de expresar el orgullo, la satisfacción y el justo reconocimiento por la labor realizada, quiero recordarles a todos que la pandemia por el nuevo coronavirus está lejos de haber terminado. Ya hemos visto de sobra como otros lugares han sufrido nuevos brotes de COVID-19 luego de un manejo inicial exitoso, lo que enfatiza en la necesidad de continuar con las medidas de prevención como el distanciamiento social, las reuniones en espacios abiertos, el uso de mascarillas comunitarias y el lavado de manos.
Dr. Juan Benger
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